Tipos de histeroscopia: diagnóstica y quirúrgica
- Histeroscopia diagnóstica:
Consiste en la exploración directa del interior del útero para obtener una información relevante que no siempre puede ser proporcionada de forma fiable por otras exploraciones externas como el examen físico, la ecografía o la radiología.
Permite evaluar la cavidad uterina, asegurando el máximo rendimiento y fiabilidad en la interpretación de las imágenes. No precisa preparación previa y solo en algunas ocasiones puntuales será necesaria la utilización de sedación.
Los hallazgos más habituales son: Pólipos, miomas o fibromas intrauterinos, malformaciones uterinas como el útero septo, hipertrofia o crecimiento anómalo del endometrio…
- Histeroscopia quirúrgica:
La técnica que se va a utilizar, es semejante a la diagnóstica, solo que se precisa de una dilatación del cuello uterino mayor, por lo que habitualmente requiere de algún tipo de anestesia, local o loco-regional y en la mayoría de los casos requiere sedación.
Durante este procedimiento, el histeroscopio llevará acoplado unos terminales eléctricos que permitirán realizar los diferentes tipos de cirugía.
Gracias a la histeroscopia quirúrgica se resuelven la mayor parte de las anomalías diagnosticadas por histeroscopia diagnóstica.